Benjamín Escobedo (Teólogo e Investigador de Historia)
Escritor para Latinoamérica (Monte Alto Editorial)
Columnista de Fundación Nueva Mente (FNM)
Lic. Teología
Lic. © Historia
Hace algunos días se dio a conocer el proyecto que busca que el 11 de Septiembre sea feriado por única vez en nuestro país. De esta forma, cambiar el escenario que Chile vive año tras año con enfrentamientos y vandalismos en la vía pública. La idea del diputado Carter (UDI) busca declararlo como "Día de reflexión, unidad y conmemoración de los 50 años del quiebre institucional" y evitar la afectación por posibles desórdenes. Sin embargo, dicha intención abre espacio a un diálogo académico, histórico, político, público y social previo a los 50 años experimentados desde aquel 11 de Septiembre del año 1973. Por otro lado, nos encontramos en un momento complejo desde una mirada constitucional, social y política en nuestro país. Tal vez adscribir a un nuevo feriado coloca en tensión prematura una fecha de permanente relectura. Por tanto, mi columna de la semana se titula “Feriado 11 de Septiembre ¿Memoria o capricho político?”
Primero, se busca que las personas no estén expuestas a situaciones de peligro debido a las manifestaciones que suelen ser parte de cada año para aquella fecha. Por parte del oficialismo, fue el ministro de la Secretaría General de Gobierno (SEGPRES) Álvaro Elizalde, quien dejó claro que la propuesta no tiene apoyo desde su sector. Más aún, recalcó que "no es una fecha para celebrar, sino para conmemorar, porque representa un episodio muy trágico". Pese a que fue la UDI la que presentó el proyecto, desde RN se desmarcaron. El diputado Frank Sauerbaum (RN) indicó que "le digo a mis colegas que no caigan en el juego del Gobierno de tratar de hablar de las cosas que nos separan. El 11 de septiembre es una fecha que divide al país, y por lo demás Chile ya tiene demasiados feriados, por lo tanto, no vamos a seguir agregando, necesitamos más días para trabajar". Por otra parte, el artículo en cuestión sugiere en específico lo siguiente: “Declárase por única vez feriado legal el día 11 de septiembre del año 2023, fecha que se denominará Día de reflexión, unidad y conmemoración de los 50 años del quiebre institucional”.
Segundo, debemos recordar que la Ley 19588 eliminó el día 11 de Septiembre de cada año como feriado legal y lo sustituyó por el “Día de la Unidad Nacional”. Este fue un feriado experimentado entre los años 1999 y 2001 respectivamente. El propósito radicaba en propiciar sistemáticamente una reconciliación entre los chilenos tras el periodo donde las fuerzas armadas tomaron el poder en los años 70 sobre nuestro país. Como señalamos, el día fue creado bajo la Ley 19588 con fecha 11 de Noviembre de 1998, cuyo artículo acuñaba lo siguiente: “[Artículo 1º] Sustitúyese el artículo único de la ley Nº 18.026, por el siguiente: "Artículo único. Declárase feriado legal el primer lunes del mes de septiembre, fecha que se denominará "Día de la Unidad Nacional". Con esto se dejaba atrás el feriado celebrado cada 11 de Septiembre que recordaba el golpe de Estado suscitado sobre el gobierno de Salvador Allende. No obstante, el nuevo feriado del 11 de septiembre instaurado a través de la Ley de 19588 no tuvo mayor trascendencia y fomento en la sociedad chilena, ya que este fue suprimido bajo la Ley 19.793 con fecha 6 de Marzo del año 2002. Cabe señalar que el intento de un 11 de Septiembre con pretensiones últimas de conmemoración histórica solo duró 3 años (1999, 2000 y 2001).
Tercero, la idea de generar un nuevo feriado sobre la población nacional parece una salida coherente; sin embargo, corre grandes riesgos de naufragar. El presidente de la Cámara de Diputados, Ricardo Cifuentes (DC), estuvo en el programa de televisión “Estado Nacional Prime”, instancia en la que abordó diversos temas alusivos a los 50 años. La Cámara enunciada definió su nueva mesa directiva el pasado lunes 24 de julio. Con 68 votos, finalmente la sala quedó presidida por Ricardo Cifuentes, parlamentario del Partido Demócrata Cristiano, como sucesor de Vlado Mirosevic. El político llega a la presidencia de la Cámara Baja ad-portas de la conmemoración de los denominados 50 años. Lo cierto es que más allá de las iniciativas, opiniones, demandas históricas y adyacentes, la propuesta de ley del diputado Carter (UDI) que busca declararlo como un "Día de reflexión, unidad y conmemoración ante el quiebre institucional", no soluciona el problema de fondo, uno que permanece fosilizado en el imaginario político, uno que lleva por nombre perdón y sutura. La eterna lucha dialéctica que ha enfrentado Chile desde los años 70 tatuada a través de la izquierda más radical, entre paréntesis, no ha permitido avanzar a nuestro país en la reconstrucción de las sensibilidades y autocrítica de aquellas subjetividades comprendidas, más aún, al mundo político se le olvida que la memoria no se construye en base a “feriados”, sino más bien, a partir del relato, memoria y olvido. Aquello exige honestidad intelectual, histórica y discursos que abran puertas depuradas. Las derechas deben abrir espacios al diálogo nacional, no a panfletos de “feriados con el fin de cuidar el bienestar de la población”. Por su parte, las izquierdas deben esbozar discursos en pro de la democracia y no freír la mente de las nuevas generaciones con narrativas de odio y ausencia de perdón histórico, que, sin duda, aumentan su falta de autocrítica nacional.
Uno de los intelectuales más respetados del siglo XX es Jean Paul Gustave Ricoeur, filósofo, hermeneuta y literario de profundas reflexiones académicas. Con elegancia, horizontalidad y verosimilitud señala lo siguiente: “Digámoslo en dos palabras: el ejercicio de la memoria es su uso; pero el uso implica la posibilidad del abuso. Entre el uso y el abuso se desliza el espectro de la mala “mimética”. Precisamente por el abuso, la intencionalidad veritativa de la memoria queda amenazada totalmente” [Paul Ricoeur. La memoria, la historia, el olvido. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2013. pp.82]. Por consiguiente, releer la memoria histórica desde las derechas vendría bastante bien previo a la fecha en cuestión. Sin embargo, releer el mismo abuso de corte sistemático que han hecho las izquierdas de dicha memoria también suena bastante necesario y obligatorio por parte de estas últimas. Así, no sería forzoso volver a izar la bandera de un 11 de Septiembre y la creación simultánea de este mismo como feriado. Más bien, el foco debe descansar en una correcta interpretación de la memoria, perdón y olvido. Mi columna de la semana se tituló “Feriado 11 de Septiembre ¿Memoria o capricho político?”
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