Por Gerhard Bacher
Lo ocurrido en Panguipulli ilustra, a la perfección, el pérfido actuar propagandístico de la extrema izquierda.
Un sujeto se resiste a un control por Carabineros y, a pesar de unos disparos de advertencia, decide atacar, con machetes en mano, a uno de los uniformados. El último, al ver peligrar su vida, no ve otra salida y abate al atacante en defensa propia.
Como consecuencia y casi al instante, la muchedumbre levanta barricadas incendiarias y, finalmente, quema la municipalidad y oficinas aledañas. Un escenario igual al 18 de octubre de 2019, encendido por una sofisticada máquina propagandística.
¡Qué festín de la ultraizquierda, para sembrar, nuevamente, odio, resentimiento y noticias falsas en redes sociales y YouTube!
Dentro de minutos abundaban verbos como “matar”, “asesinar”, “reprimir”, “resistir”, ”vengarse”. Aparecieron fragmentos, obviamente editados favorablemente para la “causa”, de las grabaciones que muestran la trágica escena, para que pareciera prácticamente como un asesinato.
Fake News at its best!
Hechos como éste abundan en internet y la extrema izquierda parlamentaria y extraparlamentaria sabe, a la perfección, cómo tergiversar a los hechos, utilizándolos como arma a favor de sus exigencias. Las herramientas del Estado de Derecho no sirven para combatir esos delitos, dado que los consumidores de esas informaciones y noticias falsas no reflexionan sobre su actuar porque nunca lo han aprendido. Menos saben cómo verificar la fuente de una noticia o de un hecho. Es consecuencia de su paupérrima e ideologizada educación pública y la, en su absoluta mayoría, bajísima calidad de la televisión abierta.
Otro ejemplo del uso propagandístico de redes sociales, en forma infrahumana, es la funa. El llamado, obviamente anónimo, a denostar y agredir, incluso físicamente, a personas que no comparten ciertas ideas o no actúan de acuerdo a las exigencias (ya no hay peticiones) ya traspasó la frontera del espacio virtual a la vida real. Por ejemplo, cuando una muchedumbre de ciclistas funó al Ministro de Salud, llegando en masa a su casa. Esa práctica no puede tener cabida en un Estado de Derecho y debe ser sancionada severamente, dado que infringe los Derechos Humanos.
En resumen, a sectores de la izquierda les sale gratis sembrar odio y violencia a través de su sofisticada máquina propagandística antidemocrática.
Para cerrar esta columna:
Según el Libro Negro del Comunismo, de las cien millones de personas asesinadas por el comunismo, 150 mil fueron asesinadas sólo en Latinoamérica.
Eso, por cierto, es un montaje de la derecha, según la máquina propagandística de la extrema izquierda.
Al fin un medio que expresa la verdad de lo ocurrido. Qué buen resumen el que hacen respecto de la maquinaria propagandística de la izquierda. Dios quiera que prontamente pudiéramos crear prensa y televisión abierta, en las cuáles se expresara la visión que compartimos con FNM. Gracias por su entusiasta trabajo!