El actual Ministerio de Desarrollo Social sufrió un robo en nuestro país del cual nadie ha quedado indiferente, más aún, las vicisitudes, cuestionamientos y acontecimientos de la acción, sin duda, confeccionan grandes aristas a problematizar. Tal vez, estamos frente a un caso que penetra lo más profundo de la incertidumbre, confianza y apoyo de la ciudadanía al presente gobierno. Aquella tensión pública entre el ministerio aludido y los congresistas, dicho sea de paso, provoca una aguda afrenta respecto de la credibilidad de su actual ministro y equipo en general. Por tanto, mi columna se titula “Ministerio de Desarrollo Social: Coletazos de un robo”.
Primero, recordemos que el hecho estuvo sujeto a una llamada que recibió la cartera de parte de una persona que aseguraba ser el ministro Giorgio Jackson, el motivo, “reunir una cantidad de 50 computadores”. Dichos equipos iban a ser retirados por supuestos cercanos al ministro, por consecuencia, se lograrían recolectar los 23 computadores que fueron entregados simultáneamente a los tres personajes denominados “overoles blancos”. Además, existió un segundo llamado de la misma persona que decía ser el jefe de la cartera, sin embargo, en esta ocasión, para solicitar al personal de seguridad que fuera en busca de la caja fuerte. El tema es que los detalles sugirieron una interpelación al ministro y todo su trabajo ejecutado. Los medios de comunicación entregaron detalles, relatos, narrativas y preceptos que obligaron a profundizar en la situación, más aún, buscar culpables y posible red de corrupción de información.
Segundo, el conductor de Uber que retiró los equipos del Ministerio de Desarrollo Social a continuación se dirigió a la comuna de Renca, donde entregó los computadores a Elena Rojas Crespo, abuela de Apablaza (hombre recluido en la cárcel de Puente Alto), quien además cuenta con antecedentes por robo e infracción a la ley de drogas. Miguel Apablaza tiene dos condenas por homicidio, cometidos cuando tenía 14 y 15 años. Además, el 2018, fue condenado a 3 años de cárcel por receptación de vehículo motorizado, por el Segundo Tribunal Oral de Santiago. No obstante, y, tal vez, una de las teclas someramente tocada hasta ahora tiene directa relación con la empresa de seguridad adscrita al ministerio en cuestión, HM Seguridad Spa. ¿Cómo es posible que una empresa de seguridad tenga guardias con nociones de procedimiento tan ingenuas? ¿Es posible creer en el relato del personal de seguridad y terceros aludidos frente a un caso tan delicado en pleno proceso de investigación por el caso “fundaciones”? ¿Qué medidas se tomarán al respecto por parte del Ministerio de Desarrollo Social considerando que hace agua por todas partes? Las respuestas y propuestas de la cartera deben estar obligatoriamente subordinadas al Ejecutivo, de ahí que se hace necesario un cambio de ministro, no meramente por el robo transcurrido, más bien por las repercusiones de confianza que todo aquello conlleva en la población. Hipotecar un gobierno por no realizar los cambios necesarios, entre paréntesis, podría llevar al descontento generalizado de las masas, sin duda, un peligro para toda democracia y país que erige en función de la transparencia, cambios y mejoras gubernamentales. Por otra parte, también la arista “información” parece estar abandonada, la exclusiva atención por buscar culpable, líder y mente pensante del caso como fin último, por ende, abandona la preservación de la información de aquellos equipos sustraídos a posteriori, ya que, ¿Qué evidencia pública existe que los equipos no hayan sido alterados en sus respaldos? ¿Cómo tener certeza que el proceso que se lleva a cabo no adolece de examinación profesional fidedigna? Una cosa es encontrar los equipos, otra muy distinta es corroborar que no tienen extracción y anulación de antecedentes relevantes sobre la gestión del Ministerio de Desarrollo Social hasta la fecha.
Uno de los pensadores teóricos vigentes sobre democracia y sociedad del siglo XX es Carlo Galli, Filósofo, político y catedrático italiano, académico del Departamento de Historia, Cultura y Civilización de la Universidad de Bolonia. Este intelectual, pese a ser un tentativo progresista, aun así, acentúa que, “Para todos, la democracia debe ser más social que institucional, más imaginaria y dinámica que ordenadora” [Carlo Galli. El malestar de la democracia. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2013. pp-79], por consecuencia, un poco de honestidad intelectual no vendría mal al gobierno, ministerio esbozado y líder respectivo, dado que las palabras del profesor Galli vienen a interpelar al actual gobierno de Chile sobre su ejecución de democracia en nuestro país, por ahora, una con ausencia de orden político, carente de dinámica gubernamental y muy enraizada en la institucionalidad pese a los constantes problemas de gestión en el Ministerio de Desarrollo Social. El consejo es actuar, enmendar y escuchar a la ciudadanía, todo aquello también es parte de la democracia, no solo el sufragio celebrado en las urnas el pasado año 2022 tras el triunfo del Mandatario, de esa manera, construir una nueva salida para el gobierno de Gabriel Boric, ahora bajo la premisa de “Ministerio de Desarrollo Social: Coletazos de un robo”.
Benjamín Escobedo (Teólogo e Investigador de Historia)
Escritor para Latinoamérica (Monte Alto Editorial)
Columnista de Fundación Nueva Mente (FNM)
Lic. Teología
Lic. © Historia
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